Vivimos en unos momentos en los cuales tenemos
acceso a toda la información disponible, desde cualquier dispositivo tenemos en
nuestra mano, en cuestión de segundos, todo sobre todo.
Como todas hemos podido escuchar continuamente en diferentes
medios las noticias falsas, también conocidas como fake news, están a la orden
día teniendo que producirse desmentidos diariamente sobre cualquier tema de
actualidad.
Por lo tanto, disponer de toda esta información puede ser un arma de doble filo ya que, como se ha comentado, no toda la información que nos llega es veraz, incluso en
ocasiones no es información sino desinformación cuyo objetivo deliberado
es el engaño. Esto mismo ocurre en temas de salud,
con el agravante que en este caso puede ocasionarnos desde un grave perjuicio a incluso
la muerte.
Desde hace tiempo, muchas personas
están usando las redes sociales como altavoz,
han ido exponiendo diversas opiniones falsas sobre tratamientos que no solo han
demostrado no ser útiles, si no que además pueden provocarnos otras lesiones.
Lo hacen amparándose primero en la libertad de expresión, y segundo en la
desesperación de la población, ocasionada por los tiempos que estamos viviendo,
y todo ello enmarcado dentro de un escenario, cuyo control es complicado.
Es por ello que cualquier
información médica debe venir siempre de una o un
profesional de la salud, es la única persona capacitada para poder dar consejos
fidedignos en este campo, del resto siempre hay que, al menos, dudar.
Si para un problema de fontanería acudimos a un
fontanero, ¿no es más importante nuestra salud? Acuda siempre a profesionales
de la salud, y si con todo ello no consigue resolver sus problemas, existe la
segunda opinión.
Rafael Abad Alonso, Vocal de la Comisión de
Deontología Médica de Bizkaia.