La publicidad es una herramienta
útil para diferentes objetivos. Puede servir como medio de información. Se
puede utilizar para recordar o hacer hincapié en algún tema. Es también una
forma de captar la atención del público o incluso de persuadir. También en
temas de salud se usa en ese amplio abanico, desde informar novedades o usarlo como
propaganda educativa hasta el profesional particular que lo utiliza para darse
a conocer y acercar pacientes a su consulta que podrán salir beneficiados de su
atención clínica.
Nuestro Código de Deontología en
el artículo 19 contempla la publicidad médica pero no de cualquier manera. Ha
de ser “…objetiva, prudente y veraz, de modo que no levante falsas esperanzas o
propague conceptos infundados…”
Todo el mundo conoce casos puntuales
(o no tan puntuales) de falsedad publicitaria. Anuncios que aseguran curaciones
milagrosas, referencias a ciertos fármacos a los que se les asigna resultados
no probados. La ilicitud de la acción en estas situaciones es fácil de detectar
pero existen otro tipo de publicidades, cuyas características no del todo
adecuadas, pueden pasar desapercibidas o plantearnos dudas al respecto.
Existen placas publicitarias de profesionales
de la medicina privada en los que, sin mentir, no queda clara la especialidad correspondiente,
que se publicita de una manera que induce a error. Esto puede condicionar la
elección de profesionales por parte de un paciente, que quizás habría elegido
de otra manera. La estética de ciertas imágenes publicitarias, rostros
sonrientes ajenos a dificultades, pueden llevar a minimizar riesgos o incluso
obviarlos. Lo mismo puede suceder con frases publicitarias del estilo “garantía
en tu cirugía”. Además, La propaganda en ciertas áreas de salud, en las que hay
un mayor margen de actuación personal, como estéticas, reproductivas, mentales,
etc. pueden inducir a realizar sobretratamientos.
La publicidad te predispone a
realizar una acción pues resalta lo bueno. En temas de salud se añade la
necesidad vital de personas necesitadas que buscan encarecidamente una
respuesta. Es un público más vulnerable al que debemos proteger. ¿Lo
conseguimos o es más frecuente de lo que parece resbalar en este tema? Es por
ello que hay una necesidad apremiante de regular de una manera más estricta la
publicidad médica en beneficio tanto de profesionales como de pacientes.
Begoña Girbau Campo, Vocal de la Comisión de Deontología Médica de Bizkaia
Begoña Girbau Campo, Vocal de la Comisión de Deontología Médica de Bizkaia