En las últimas décadas la Organización Mundial de la Salud (OMS) como otras
organizaciones mundiales como Naciones Unidas, UNESCO y Gobiernos de la
Comunidad Europea ha publicado diferentes informes donde se refleja que las
desigualdades entre hombres y mujeres en la salud están causando perjuicios
importantes para un desarrollo global.
Está demostrado que existe un sesgo de sexo y
género en docencia e investigación en Ciencias de la Salud que se trasmite a la
práctica clínica y que tiene consecuencias importantes en el desarrollo y
aplicación de métodos diagnósticos y terapéuticos. Tanto es así que cada vez
hay más trabajos científicos que demuestran que existe un perjuicio de la salud
de las mujeres relacionado con el desconocimiento de la eficacia real de los
fármacos y el infradiagnóstico de patologías con sintomatología diferente en
mujeres y hombres.
El lenguaje y la imagen están considerados como los
factores que más poder ejercen sobre el asentamiento de ideas en la sociedad y
la comunicación es una de las herramientas más poderosas de los programas de
salud. La transmisión de una idea sesgada o un estereotipo en el ámbito sanitario puede causar un daño importante al ser
aceptado como realidad.
Este es el caso de la salud de las mujeres que
generalmente está centrada en la función reproductiva prestando mucha menos
atención al resto del cuerpo, lo que se denomina medicina “bikini”. Otro
aspecto muy importante y es que en los últimos años se están tratando como
patologías las etapas normales de la vida de las mujeres como la menstruación,
embarazo y menopausia. Así podemos ver un test de Diario Médico para el 8 de
Marzo 2018 en el que las imágenes para las patologías más frecuentes son un
útero, una báscula con un bebé, un biberón, una silla ginecológica, una
embarazada, etc. y en la página web del IMQ podemos ver una tabla en la que la menopausia aparece como una de las
patologías más frecuentes en las mujeres. Incluso en esa misma web un
especialista recomienda que todas las mujeres que pretendan quedarse
embarazadas tienen que ir a la consulta médica o no recomienda en edades de
riesgo menores de 60 años prevención del infarto de miocardio, primera causa de
muerte en mujeres en todo el mundo y cuya frecuencia ha aumentado
alarmantemente a partir de los 35-40 años.
Está claro que hay una necesidad de desarrollar estrategias para
incluir la perspectiva de género en el área de la Medicina y promover su
aplicación evitando estereotipos que crean patologías inexistentes en
mujeres o que no tienen en cuenta las diferencias biológicas entre hombres y
mujeres. Dado que en investigación y docencia siempre se ha considerado el
modelo masculino como patrón y que los roles sociales están muy asentados en el
ideario de muchos/as profesionales de la salud, el objetivo sería desarrollar la
capacidad crítica y de análisis desde una perspectiva de género en el ámbito de
la Medicina y promoverla en la comunicación y práctica clínica.
Para lograrlo se hace necesario crear un foro de
intercambio de reflexión, conocimiento, experiencias y buenas prácticas que
junto con una formación adecuada permita que las personas implicadas en el área
de la salud seamos capaces de enjuiciar y desarticular situaciones de
desigualdad entre hombres y mujeres a través de los mensajes e imágenes que
emitimos.
Dra. Lucía Gallego, Vocal de la Comisión de Deontología del Colegio Médicos de Bizkaia