Investigar en Medicina es buscar respuestas a las preguntas que plantean los problemas de
salud del ser humano. Por ello, la investigación debe
estar siempre presente como una actitud
en la práctica clínica del médico porque la Medicina se cuestiona permanentemente
nuevos interrogantes en su misión al servicio de la Humanidad.
La investigación es un
imperativo ético para la comunidad que forman los profesionales de la salud y
especialmente para los médicos. Gracias al modelo biomédico de la investigación se han producido avances
indiscutibles que han supuesto enormes
beneficios para la humanidad. Pero un enfoque exclusivamente biológico se ha mostrado insuficiente
para dar respuesta a las necesidades de salud de
las personas. Hay
que tener en cuenta que la interacción de
factores biomédicos, de factores genéticos, de factores sociales y de factores psicológicos, influyen en las causas y
el desarrollo de las enfermedades.
Si pretendemos que la
investigación en el siglo XXI responda a las necesidades de una medicina más
humanizada es preciso que el modelo clásico de predominio técnico-experimental
se complemente con dos áreas que conviene impulsar:
La investigación
psico-social centrada
en la dimensión más humana que es imprescindible para comprender al paciente y su modo
de reaccionar ante la enfermedad y el sufrimiento, para lo que habrá que
potenciar la investigación cualitativa.
La investigación en
epidemiología y Salud Pública. Los trabajos y las inversiones que se realicen para promover la salud deben
basarse fundamentalmente en datos epidemiológicos
rigurosos. Hemos de
tener en cuenta que la dimensión comunitaria puede ser decisiva para dar soluciones a
determinados problemas de salud.
Me permito compartir algunas reflexiones que me
plateo como aplicaciones
y prioridades de la Investigación. Establecer la prioridades de la
investigación médica es una cuestión de ética social a la que no siempre se ha prestado la debida atención. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) nos recuerda que sólo el 5% del gasto mundial en investigación
sanitaria
está relacionado con las necesidades de
los países en vías de desarrollo, que son los
que sufren el 93% de la mortalidad prematura. Es de especial importancia la investigación
sobre las
causas de mortalidad prematura evitable: accidentes de tráfico, de trabajo,
hábitos de vida poco saludables, suicidios, etc. La investigación sobre cuidados paliativos y
el tratamiento
del dolor está todavía en sus inicios y se
debe seguir impulsando. Es preciso buscar la mejor evidencia científica a fin
de mejorar la calidad de vida, la calidad de vida de quienes sufren enfermedades crónicas, degenerativas
o en situación terminal, plantea ya un desafío que
será creciente en el futuro. Esta investigación deberá ayudar a encontrar mejores formas de tratar
la morbilidad, la discapacidad y la dependencia que la
prolongación de la vida conlleva.
Por otro lado, es necesario incrementar la
investigación sobre aspectos de la tecnología médica, que abarque tanto los sistemas de información y procesamiento de datos como los medios
de diagnóstico y tratamiento, promoviendo la evaluación de la tecnología y de los resultados. Debe estudiarse la efectividad
real de las actuaciones sanitarias, no basándose sólo en los resultados de los ensayos clínicos que por definición modifican la realidad de la asistencia sanitaria.
Además debemos ampliar o
intensificar la investigación en una serie de problemas y áreas de la salud que
son objeto de preocupación o expectación social: medicinas alternativas,
enfermedades raras, actividades preventivas, salud mental, educación para la
salud de la infancia.
Para poder realizar esta
investigación desde la Ética y la Deontología Médica tiene que respetar los principios de
autonomía, beneficencia y no maleficencia,
cumpliendo además
criterios de eficiencia y equidad. Sin olvidar que los médicos debemos siempre tener al paciente
como su
primer interés y la investigación debe ir en
su beneficio. Si hubiese un conflicto de intereses en la investigación que
estemos realizando siempre
debe
prevalecer el interés del paciente.
Tal vez los médicos
hemos reflexionar sobre lo que escribió Friedrich Nietzsche, “la vida es muy peligrosa, no por las personas
que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa”, y
consigamos que la
investigación esté siempre presente como una actitud en nuestra práctica
clínica.
Espero que este post os anime a investigar para ofrecer a nuestros enfermos lo mejor.
Dr. Jacinto Bátiz, Presidente de la Comisión de Deontología Médica
Colegio Médicos de Bizkaia.